domingo, 31 de mayo de 2009

Intenciones insondeables

Aprovechando que es domingo y a una semana de la elecciones europeas, los principales diarios publican en avalancha diversos sondeos sobre la intención de voto del electorado. Los resultados difieren considerablemente de un estudio a otro, hasta el punto que La Vanguardia llega a otorgar una ligera ventaja a los socialistas al contrario que los demás diarios. Pero más allá de las diferencias lógicas en los pronósticos electorales, todos los periódicos analizados interpretan de manera diferente los resultados de las encuestas.

Cada diario ha encargado el estudio al Instituto con el que trabaja habitualmente: El País a Metroscopia, El Mundo a Sigma 2, La Vanguardia a Noxa y Público al instituto Obradoiro de Socioloxia, aunque hable en todo momento del Publiscopio. Por otro lado, los tres primeros diarios destacan en sus antetítulos el nombre del centro responsable del sondeo, a diferencia de El Público que no menciona la fuente de dicho pronóstico. Peor aún, el único rótulo que hace referencia a una autoría reza Publiscopio, confundiendo al lector con una etiqueta de autopromoción.

Se trata del primer gran error del diario más novel: el autor de un sondeo debe siempre figurar en portada para dar credibilidad a los datos presentados. No es posible que el lector deba rebuscar entre la letra pequeña para saber quién es responsable de la encuesta, como tampoco es posible que se repita a lo largo del artículo la fórmula "según los resultados del Publiscopio", cuando en realidad se trata de la empresa contratante del servicio (diario Público) y no la que lo provee.

En lo que se refiere a los titulares de portada, La Vanguardia augura un empate "en la recta final del 7-J", aunque el subtítulo añade que la "incertidumbre sobre la participación deja en el aire una leve ventaja socialista". Para ver los datos exactos del sondeo, el lector debe recurrir a un histograma. El País y El Mundo apuestan por titulares menos interpretativos: "El PP aventaja al PSOE en casi cuatro puntos" y "El PP supera al PSOE por 2,2 puntos", respectivamente. El Público en cambio hace una lectura totalmente subjetiva y titula: "El PP reduce su ventaja a la mitad", lo cual, además de confuso e impreciso (¿Reducir una ventaja?¿A la mitad?), es un oscuro ejercicio de interpretación cuya finalidad no está clara.

Las elecciones que mejor informan - de forma inmediata - al lector son las de El País y El Mundo; y en este sentido hubiese sido positivo que el primero titulase su versión en papel al igual que su versión digital: "3,7 puntos" de ventaja en lugar de los "casi cuatro puntos". Dejar para una segunda lectura los datos numéricos de un sondeo no parece la opción más acertada desde un punto de vista deontológico, porque le niega al lector la posibilidad de una primera interpretación per se. Aún así, todos los diarios - menos El Mundo - presentan gráficos de color en los que se pueden leer de forma clara los resultados de los sondeos.

En las páginas interiores la cosa no mejora. El País y El Mundo vuelven a destacar por la seriedad informativa de los elementos de cabecera, mientras que La Vanguardia y Público repiten la fórmula de portada con algunos matices: "apretado e incierto codo a codo" en el primer caso, y "El PSOE se acerca al PP" en el segundo, lo cual es una vuelta de tortilla bastante malograda. Para colmo, aunque dentro de su lógica subjetivista, el diario de Mediapro subtitula la noticia de la siguiente manera: "La tendencia a favor del PSOE se acentúa de semana en semana".

El tratamiento más desguazado de la noticia también desvela algunos malabarismos profesionalmente cuestionables. El Mundo comete algunas imprudencias lingüísticas: "El PP triunfa en la mayoría de las encuestas", "una derrota [del PSOE] más que notable", sobre todo si tenemos en cuenta que la diferencia en intención de voto es de 2,2 puntos y el margen de error de 3,5. El diario Público sigue explotando su filón de forma desvergonzada: "Cada día que pasa el candidato socialista recorta un poco más la ventaja con la que partía Mayor Oreja".

El País y La Vanguardia son en cambio mucho más serios en cuanto al tratamiento in texto de la noticia: "El PP parte como favorito..." y "El PSOE disfruta de una leve ventaja de apenas un punto y medio" vienen a decir los dos diarios (los enunciados son contrarios porque también lo son los resultados de sus respectivos sondeos). Hay que subrayar sin embargo en favor de El Mundo que éste dedica un apartado de la noticia a ofrecer los resultados de los sondeos realizados por los demás diarios. Se trata de una práctica poco habitual y muy loable, dado que es una herramienta de contraste muy valiosa al alcance del lector.

Sorprenden unos resultados tan diversos si sabemos que las condiciones en las que se han elaborado los sondeos son bastante similares: 1000 individuos entrevistados telefonicamente (2.045 en el caso de Público), entre los días 25 y 28 de mayo (sólo Público comenzó antes), y con un margen de error del 3,5% (1,7% para Público). Aún así, estas diferencias son totalmente aceptables y lo único que se les puede y debe exigir a los diarios es una lectura lo más objetiva posible de los datos. Los cuatro diarios analizados cometen errores, pero la opción del diario Público de comparar en el tiempo los resultados es la más desacertada; porque a siete días de unos comicios interesa la intención de voto, y no su evolución en el tiempo (más propia de sondeos en período no electoral).

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